Home Mastering

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La mezcla terminó. Sólo resta masterizar el material para completar el ciclo de producción. Si bien resta crear o quemar el CD, el ciclo de producción de sonido finaliza en la etapa de mastering, la última frontera en donde aún es posible reparar ciertas cuestiones.
De la misma manera que procedimos con la mezcla, el siguiente paso nos llama la atención y tienta con dar inicio inmediatamente. Al fin de cuentas, contamos con buenos monitores, buenos plug-ins y/o procesadores hardware. Entonces, ¿por qué razón deberíamos detener nuestras ganas por seguir adelante?

 

 

¿Conviene aplicar un Mastering casero?


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Con casi absoluta seguridad es posible decir que conocer tan de cerca una canción puede jugar en contra en el momento de masterizar.
Nadie como nosotros para conocer la canción. Sabemos dónde se necesita fuerza; dónde se necesita relajar la tensión; qué extensión debe tener el fundido de salida; dónde necesitamos aplicar cierta ecualización para destacar la pegada; y más.
A propósito, se me ocurre formular una pregunta: si conocemos tanto de una canción ¿por qué esperar a la etapa de mastering para solucionarlas cuando esas cuestiones se podrían haber abordado durante la mezcla donde se hubieran conseguido mejores resultados? No olvidemos que los procesos aplicados durante la masterización benefician a ciertas partes, pero afectan a otra/s. Algo similar a lo que sucede con las medicinas, aunque algunos médicos quieran ocultarlo.
Precisamente, por estar tan involucrados con una canción – quizá desde la misma composición, pasando por ejecutar los instrumentos, grabar y mezclar – no conviene masterizar nuestro propio material.
La razón principal para llevar a masterizar una canción – o mejor aún, el conjunto de canciones – a un estudio profesional es conseguir una mirada objetiva, libre de compromisos y de influencias previas sobre el material.
No debemos olvidar que los oídos se acostumbran rápidamente a lo que escuchan, en consecuencia, lo que en un primer momento podría escucharse espantoso, luego de unos minutos pasa a convertirse en algo “normal”.
Si procedemos con la masterización existe un porcentaje muy alto de posibilidades de arrastrar los posibles errores provocados durante la mezcla.
La segunda razón, que forma parte de la primera, es escuchar la mezcla en un ambiente de audición neutro, algo que un estudio casero no ofrece aunque se hayan aplicado ciertos tratamientos acústicos.
La tercera razón es aprovechar la capacidad de una persona entrenada para la tarea que después de escuchar por algunos minutos sabrá con precisión qué hacer sin necesidad de realizar prueba tras prueba.
El acceso a un estudio de masterización no es tan exclusivo como sucedía 15 años atrás, por lo menos en Argentina. Las comunicaciones vía Internet han facilitado considerablemente el proceso. Hoy es absolutamente posible enviar a masterizar una producción a cualquier estudio del mundo, utilizando los servicios de servidores dispuestos en cada estudio.

 

Alternativas
Más allá de las sugerencias, siempre tenemos la cuestión de presupuesto. Si este elemento impide la utilización de un estudio de mastering profesional, al menos podemos aplicar algunas medidas para conseguir otros puntos de vista.
La primera medida es escuchar la mezcla en un sistema alternativo de monitores. No importa su calidad, lo importante es la diferencia. De esa manera podemos escuchar cómo se comporta la mezcla en otro sistema que destacará otras frecuencias. Ya sabemos: una buena grabación se escuchará “bien” más allá del medio utilizado para la reproducción/audición.
La segunda medida es similar a la anterior, pero en esta oportunidad el consejo es escuchar la mezcla en una sala diferente.
La tercera consideración consiste en llevar el trabajo al estudio de algún amigo y reproducirla utilizando los niveles normales de nuestro colega. Es importante prestar atención a los gestos, palabras que manifieste el dueño del estudio.
Finalmente, nunca está de más pedir una opinión a alguien que no esté relacionado con el proceso de producción musical, por ejemplo, algún miembro de nuestra familia. Aunque alguien no posa experiencia técnica, sí tiene experiencia de oyente.
En todos los casos, es muy importante prestar atención a la primera impresión. Muchas veces, esa primera audición permite apreciar con claridad posibles problemas.

 

Soporte profesional
Algunos estudios profesionales, como por ejemplo, Andres Mayo Mastering, responsable de la masterización de numerosas grabaciones premiadas, ofrece un servicio llamado Mix Coaching. Bajo esta modalidad, el equipo de ingenieros del estudio recibe mezclas y realiza una crítica objetiva sobre las mismas. De esta manera, el responsable de la mezcla obtiene una opinión profesional que le deja saber si su trabajo está bien orientado.

 

La masterización es la última etapa de producción. Siempre que resulte posible, no deberíamos perder la oportunidad de mejorar el sonido de una canción.

 

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